Desde que el usuario se empezó a dar cuenta de que el único propósito de la publicidad era vender, o incluso meterle por los ojos un producto o servicio, es que las marcas se dan cuenta que emitir un mensaje directo de “cómprame” lo único que lograba era que el consumidor se aleje. El marketing, al ser el encargado de estudiar al público y elaborar las mejores estrategias para llegar a él y satisfacer sus necesidades, empieza a idear una nueva técnica de creación de mensajes que enganchen, que enamoren por el arte con el que están creados y que sutilmente envíen un mensaje persuasivo, pero siempre centrado en mover las fibras de cada lector o espectador, diferenciando su contenido del de todos los demás. Es así que nace el storytelling.
¿QUÉ ES EL STORYTELLING?
Es una expresión proveniente del inglés, compuesta por dos vocablos, “story” que significa historia y “telling” que es contar. Se considera una estrategia narrativa, el arte de contar, desarrollar y adaptar historias, con elementos fáciles de reconocer, como personajes, ambientes, conflictos y mensajes que generen identificación en el público. Se aprovecha la atmósfera mágica que genera un relato en la mente y el corazón del usuario, conectando con él a través de diferentes medios, ya sean escritos, hablados, visuales, audiovisuales, entre otros.
Consiste en capturar lo racional y lo instintivo, es decir, tocar el corazón y la mente de quien lee, ve o escucha, conectando con él, generando engagement y fidelidad, con componentes mágicos, que generan en los espectadores la capacidad de interiorizar, comprender y crear un significado personal de lo dicho, ya que los clientes han evolucionado a comprar la emoción que un producto o servicio les genera, no el bien en sí.
Es una técnica que también se utiliza al hablar de la misma marca, contando una historia inspiradora, que muestre los valores, virtudes y humanidad de la empresa, ganando la confianza de los clientes, al utilizar un elemento que desencadene emoción y aporte algo positivo al público y te prefiera por encima de otras, logrando recordación a largo plazo.
Y, ES IMPORTANTE ¿POR QUÉ..?
Recuperando las palabras de Seth Godin, “El marketing ya no se trata de las cosas que vendes, sino de las historias que cuentas”. Es decir, que nos debemos asegurar de crear historias únicas, buenas y originales que en lugar de vender, enganchen, tomando más valor e importancia porque:
- Genera identificación: Poniendo al usuario en los pies del protagonista, sintiendo todo lo que él siente, logrando conexión.
- Despierta emociones: Acciona nuestro lado emocional, avivan algún recuerdo y empieza a generar un vínculo con la audiencia, sintiendo más cercanía con la misma, percibiendo a la marca como transparente y auténtica.
- Genera confianza: El poder entender a las marcas, por sentir una conexión, permite que el usuario confíe en ellas, por su simpatía o por contar con características similares a las suyas.
- Es más fácil de recordar: Al plasmar una secuencia de hechos, permite que se recuerde y transmita de manera sencilla, compartiendo la historia. Lo que emociona se queda grabado en la mente y el corazón.
- Simplifica conceptos complejos: Al explicar lo difícil con una historia se vuelve más sencillo entenderlo.
- Storytelling transmedia: Pudiendo adaptar una historia a cada canal, con sus características y requerimientos específicos, adaptados a las necesidades del medio y del usuario que se ubica en tal.
- Viralidad: Las historias, al generar identificación y conexión, corren rápidamente, alcanzando amplios públicos y segmentos, convirtiéndose en tendencia.
- Fidelidad: Posicionando nuestra marca y concepto como la primera opción, haciendo que nos elijan una y otra vez, por el vínculo que se ha creado.
- No vende: No se centra en generar un contenido promocional que hable directamente de las virtudes de una marca o producto, busca un impacto más emocional, sutil y a largo plazo.
¿CUÁLES SON SUS ELEMENTOS?
No existe una receta única para escribir buenas historias, pero sí es necesario tener en cuenta que se basa en una estructura de presentación, desarrollo y desenlace, en la que se ubican ciertos elementos que no pueden faltar:
- El público: Es importante considerar como un elemento del storytelling al público, ya que este define los factores siguientes, entendiendo lo que quiere ver, leer o escuchar, para apuntar directamente a sus necesidades, con un estilo y tono específico.
- El mensaje: La idea que se quiere transmitir, el tema y sentido de la historia, lo que se dirá y el objetivo que se busca con eso.
- El tipo de historia: Centrada en lo que buscas generar en el usuario cuando la vea, puede incitar a una acción, contar qué es la marca, ilustrar valores, impulsar una colaboración, educar, entre otros.
- El estilo: Puede ser ficción, histórico, presentar situaciones reales de consumo, basado en los valores de la marca, romántico o una combinación ordenada y efectiva de varios.
- El ambiente: El lugar en el que se llevarán a cabo los hechos, describirlo correctamente permite al usuario sentirse identificado.
- Los personajes: Que vivirán la historia.
- El conflicto: Este debe causar interés, despertar emociones, ser elaborado y difícil, exigiendo una transformación del personaje principal.
- El formato: Depende del tipo de historia y los recursos con los que se cuenten, pudiendo ser por escrito, sonoro (podcast), audiovisual, digital, visual, entre otros.
- Llamada a la acción: Si es necesario, y de manera sutil, agregar qué es lo que el usuario debería hacer después de haber tenido contacto con nuestra historia.
ALGUNOS CONSEJOS
Aunque los estilos y objetivos pueden diferir de una historia a otra, unos buenos tips para crear un contenido que realmente valga la pena ser visto no vienen nada mal:
- Lleva al lector de un punto a otro, siguiendo un orden lógico que sea fácil de entender y recordar.
- La creatividad debe ser tu principal arma para crear historias con temas importantes que generen identificación sin escapar del objetivo principal.
- Apela a las sensaciones positivas, ya que estas son más compartidas y cuentan con mayor probabilidad de viralizarse, dejando al usuario con un sentimiento bueno y bonito.
- Juega con lo interactivo, brindando la oportunidad al usuario de participar en la historia, de descubrir e indagar.
- Cuenta lo que sucede en tu día a día de una manera interesante, volviendo al usuario parte de tu familia empresarial.
- Investiga dónde está tu público, qué ve, qué consume, qué necesita, y de esa manera podrás construir una historia que conecte mejor con él y sus problemas, a través del medio o plataforma idónea.
- Genera incertidumbre e interés, provocando que el público quiera saber más.
- Ten en cuenta los mensajes y comentarios de los usuarios, te darán luces sobre qué hacer mejor, además de incrementar el engagement de tu marca.
- Si se ajusta a tu contenido, incorpora drama y tensión para mantener enganchada a la audiencia.
- Cuenta qué te inspira como marca, cuál es su motivación, cómo surgieron las ideas, los obstáculos que superaste y tus desafíos a futuro, esto hará que el público vea humanidad en la empresa, logrando sentirse identificados con ella y/o con sus líderes.
- Cuando se trata de hablar de tu marca, no inventes hechos, el público lo notará. Mientras más auténtico y real seas, más posibilidades tienes de conectar.
- No olvides tu promesa como marca, con el fin de que tu target se enamore y fidelice.
- Termina tu historia mostrando el logo, imagen o mención de la marca.
- Puedes utilizar mitos y arquetipos.
Ya tienes todas las herramientas, empieza a escribir historias que enamoren y mantengan a un público cada vez más exigente e incrédulo.
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